Reseña histórica del colegio San José de Jinotepe, Nicaragua
La congregación nace con la misión especial legada por nuestros Fundadores Padre José María Vilaseca Aguilera y Madre Cesárea Ruiz de Esparza y Dávalos trabajar por la instrucción de la niñez y juventud grabando en el de cada uno de ellos la ley de Dios.
Desde 1984 el Padre Calero, sacerdote religioso perteneciente a la Congregación de los Salesianos ( la cual comparte con la congregación Josefina el carisma de la educación cristiana de la niñez y juventud) residente entonces en la Comunidad del Colegio Salesiano de Granada; se avocó al Concejo Provincial de nuestra Congregación de Hermandad Josefina radicada en Granada, contiguo al noviciado Josefino y conformada por la Madre Provincial Gloria María Ortiz y su Concejo: Sor Francisca Castillo, Sor Claudia Castillo , Sor Guillermina Lara y Sor Isabel Mundo.
Su petición consistía en que la Congregación Josefina se hiciera cargo de la Escuela Salesiana San José, de Jinotepe; en la cual se atendía primaria en tumo matutino y vespertino.
Esta modalidad era atendida por la Congregación de Hermanas Hijas del Divino Salvador, de nacionalidad salvadoreña y fundada por Monseñor Aparicio. Sin embargo, ellas se retiraban de la Escuela debido a que trabajaban por contrato y éste ya estaba cumplido. Por tal razón, el Padre Calero gestiona. y otra vez ante nuestra Congregación la prolongaón de la obra, bajo la dirección de la hermandad josefina.
El Padre Calero con gran celo apostólico heredado de su fundador San Juan Bosco; en pro de la salvación de la juventud insistió para que la «Escuela Salesiana San José» no quedara en manos de seglares, sino que continuara vivo el sueño de su fundador. trabajar para la salvación de la juventud. Y consideró idóneo el carisma josefino para cumplir con esta hermosa misión. «cuidar la vida de gracia en nosotros y nuestros hermanos como lo hizo.
Es así como se llega al día anhelado por el Padre Calero: la llegada de las Hermanas Josefinas a Jinotepe, Carazo.
El 8 de marzo de 1985, a las 5 : 10 de la tarde partieron de la casa Provincial hacia la escuela Salesiana San José de Jinotepe, Sor Guillermina García Lara, como responsable de la Comunidad, Sor Amanda Morales Solares, Sor Mayra Mendoza, las jóvenes pre — aspirantes: Ana del Carmen Ortiz Siles, patricia verónica Ortiz Ortiz y Esperanza García. Llegamos al lugar a las 6: 30 p.m.
El día 10 de marzo se reunió un grupo de jóvenes estudiantes de la esquela que fueron convocados por el Padre Calero, en la cual se celebró una Eucaristía de Acción de Gracias, por la nueva obra, a la que también asistieron Hermanas del Hospital de San José de Diriamba: Sor Irma Ortiz y sus juniores, hermanas de la provincia, algunos vecinos de la escuela y personas allegadas a la misma.
Una vez que se hizo presente la comunidad josefina, se trabajó arduamente en la redacción y preparación de la nueva misión: g Formar un ciudadano mediante un proceso educativo de calidad, integral, equitativo y permanente, conforme los preceptos que establece la Constitución Política de Nicaragua».
Asimismo, dentro de la visión de nuestra Alma Mater se pretende alcanzar en las diferentes modalidades que los educandos integren armónicamente en su ser personas de fe y de ciencia mediante la impresión de nuestro lema de vida comunitaria en el corazón de los educandos: Presencia de Dios, estima de si mismo y amor al prójimo».
Las clases iniciaron el 18 de marzo, el día 19 se hizo la bienvenida a todos los maestros, personal de apoyo y estudiantes con la celebración de la Santa Misa a las 3: 00 pm oficiada por el Padre Calero en conmemoración a la festividad de San José. Se hizo una breve procesión porque existía un grupo de señores llamado «Cofradía de San José’, quienes participaron en la procesión.
Las primeras semanas, fueron un POCO difíciles, porque normalmente, los jóvenes percibieron los cambios, sobre todo que era un alumnado numeroso Eran adolescentes jóvenes entre 14 y 16 años, cursando la primaria el régimen político vigente estaban atrasados en el estudio academia, no así en su formación religiosa. Hoy, la Comunidad josefina se siente satisfecha en su quehacer educativo realizado junto al personal, y gracias al apoyo de los padres de familia, alumnos y docentes han logrado diferentes proyectos de beneficio para los educandos y muchos éxitos enviados de lo alto.
«Todo sea para la mayor honra y gloria de Dios y bien de las alamas.»
Presencia de Dios, estima de sí mismo y amor al prójimo.
Biografía de nuestros fundadores
Padre José María Vilaseca
El Siervo de Dios, Padre José María Vilaseca, nació el 19 de enero de 1831 en Igualada (Cataluña), España. Durante los años 1847 a 1852 estudió Latinidad y Filosofía en el Seminario Conciliar de Barcelona. Estando en ese establecimiento fue invitado para misionar en América, llegando a tierras de Veracruz el 20 de marzo de 1853.
En 1952 parte hacia México dejando familia y tierra. Ingresó al Noviciado Paulino el Viernes Santo de 1953. Durante su noviciado, escribió el «VADEMECÚM» que trató sobre estar útilmente ocupado; profesó como Misioneros Paulino el 3 de abril de 1955, tomó el nombre de José María.
Fue ordenado sacerdote el 20 de Diciembre de 1956 y se celebró su primera canta Misa el 21 de diciembre de 1956. San José fue su patrono en esa Misa. En abril de 1862 padeció una gran enfermedad y estuvo cerca de morir y experimentó las Nadas, tras sanarse, realiza un cuarto voto: «HACER SIEMPRE Y EN TODO LO MEJOR» o mejor conocido como Voto de Amor.
Cesárea Ruiz de Esparza
Madre Cesárea Ruiz de Esparza y Dávalos llega al mundo. La Providencia le ha preparado un cálido hogar en la tranquila y señorial ciudad de Aguascalientes. Las dificultades asoman a su existencia con el mismo nacimiento, donde peligra tanto su vida como la de Doña Bruna, su buena madre; según el decir de la misma Cesárea “al nacer tuve vida de milagro porque nací sofocada y fui sietemesina”.
Su vida fue realización del misterio pascual de Cristo, de los dolores y gozos de san José, y del camino de las ¨Nadas¨ para llegar al divino Todo. Por especial providencia de Dios, es asociada estrechamente al Padre José María Vilaseca en el nacimiento de la Congregación de las Hermanas Josefinas, que fue la primera fundación femenina de México, y que, impulsada por san José, se abrió paso entre persecuciones y dificultades y logró alcanzar su estatura eclesial por la vida del mundo.
Un hecho singular tiene lugar el 12 de octubre de 1848, cuando, sintiendo una inspiración de Dios, se consagra como esposa al Niño Jesús, este acontecimiento orientará en los años sucesivos toda su vida espiritual y la preparará para la realización de la misión a la que el Señor la tenía destinada.
Fundación
La Congregación de Hermanas Josefinas fue fundada el 22 de septiembre de 1872, en la ciudad de México, que a la fecha atravesaba momentos críticos en su historia, ocasionados por los cambios que desde 1857 con la promulgación de las “Leyes de Reforma”, se venían dando.
La Iglesia sufrió gravemente las consecuencias de la “reforma”, pues fue desposeída de sus bienes; muchos conventos saqueados y destruidos; y los sacerdotes, religiosos y religiosas desterrados, aprisionados o fusilados. Obedeciendo a los deseos del Padre Vilaseca, el 22 de septiembre de 1872, cuatro Hijas de María, acompañadas por Cesárea Ruiz de Esparza y Dávalos, se mudaron a una pequeña casa y fundaron la primera escuela. Esta fecha marca el nacimiento del Instituto de las Hijas de María del Señor San José.